El exmagistrado y exdiputado del PP publica La Justicia en el Escaparate y analiza el actual bloqueo institucional. “La Constitución dice que se debe elegir a cuatro magistrados cada tres años. A cuatro, no a dos”
Andrés Ollero, catedrático de Filosofía del Derecho y con una amplia experiencia como diputado del PP se mantuvo nueve años como magistrado en el sector conservador del órgano de garantías, hasta ser renovado el pasado mes de noviembre. Ahora ejerce como secretario general del Instituto de España, el órgano del Estado que aglutina todas las reales academias, y desde ese puesto analiza en su libro La Justicia en el Escaparate, presentado este martes, la actual situación de bloqueo que sufre tanto el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) como, de rebote, el propio Tribunal Constitucional (TC) del que formó parte.
Explica que en 1985 se cambió “sorprendentemente” lo que había sido hasta entonces el modelo de elección de vocales del Consejo General del Poder Judicial -los jueces dejaron de elegir a los jueces- y eso sigue siendo hoy un problema.
El cambio de sistema fue avalado un año después por una sentencia del TC que, a juicio de Ollero, parece “la menos afortunada de las que se han dado nunca”, porque validó la reforma siempre que el órgano no acabara reflejando el juego de las fuerzas políticas en el Parlamento. “Y eso es lo que viene pasando desde el primer día. Es más, pensar que no iba a pasar, es no conocer la realidad”, afirma en una entrevista concedida a El PERIÓDICO DE ESPAÑA.
La solución a esta politización pasaría, a su juicio, por una reforma de la propia Constitución. “Son temas que ya se han discutido mucho, como lo es el número de miembros del CGPJ.A estas alturas la opinión unánime es que los vocales (un total de 20) son demasiados para lo que, a la hora de la verdad, tienen entre manos”.
El modelo de EE.UU.
La raíz del problema, y que no afecta solo al CGPJ, sino también al Tribunal Constitucional, es el de la “apariencia de politización” de estos órganos constitucionales, pese a que luego cada uno de sus integrantes actúa como considera oportuno. “En el Tribunal Supremo de EE.UU. la elección de sus miembros se hace uno a uno, porque si se hace de más de uno se establece un reparto de cuotas, es inevitable”, apunta.
De su experiencia como diputado, Ollero señala que el nombramiento en estos órganos siempre ha sido similar. “Los grandes partidos se ponen de acuerdo en que no haya vetos cruzados y a partir de ahí, pues cada cual hace lo que le parece y adiós muy buenas, y ese llevará ya toda la vida la escarapela puesta de quien fue el que le propuso”, afirma. Por ello se refiere al sistema de ir nombramiento a nombramiento, de modo que si un magistrado no puede seguir, pues se le sustituye otro y así sucesivamente. “Si eso fuera así, sería más aleatorio el juego de mayorías y minorías en el tribunal, mientras que ahora mismo es muy previsible”, añade.
Sobre la discusión en torno a si el Gobierno adelanta o no el nombramiento de los dos magistrados que le corresponde renovar por cuota, Ollero reconoce que “evidentemente harán lo que estimen oportuno, pero todo el mundo va a pensar que están allí para hacer lo que estime el Gobierno”.
Defiende, en todo caso, la independencia de los magistrados del TC, y en el libro La Justicia en el Escaparate, expone su visión del complejo diseño constitucional desde 1982, además de incluir artículos que se centran en la figura de los jueces, tiene intención de publicar próximamente sus votos particulares. “Para demostrar respecto qué sentencias he discrepado y si hay alguna sentencia con mayoría conservadora o progresista. Y los datos van a sorprender”, advierte.
Llamada de Soraya
“La gente puede pensar que a mí me llaman todas las semanas para decirme qué tengo que hacer”, reconoce. A la pregunta de si eso ocurre en el órgano de garantías, Ollero responde de forma contundente. “No, a mí me han llamado una sola vez, y fue para informarme, doña Soraya Sáenz de Santamaría, que compartía el veto de Rubalcaba a que yo fuera presidente”· Afirma que ésta fue la única llamada telefónica en los nueve años de mandato. “Y he estado con el sambenito de conservador los nueve años, como un señor. Y en el consejo pasa un poco lo mismo”, lamenta.
Preguntado sobre si Gobierno debería nombrar a sus dos magistrados con independencia del bloqueo político, el exmagistrado responde que eso nunca se ha hecho, “y la Constitución dice clarísimamente que se debe elegir a cuatro cada tres años. A cuatro, no a dos”. Para él no sirve el precedente que se dio cuando se creó el propio Tribunal y el Gobierno de UCD nombró a sus dos magistrados, “porque no había nadie que eligiera a los otros dos, no había aún CGPJ”.
Por ello, advierte que un movimiento en dicho sentido por parte del Ejecutivo de Pedro Sánchez podría ser anulado por el propio TC, que debe dar el plácet a sus nuevos miembros. “En efecto, puede ocurrir, y se crearía un conflicto entre poderes que realmente es lo que nos faltaba -apunta-Yo espero que no ocurra, sinceramente.”
Para evitar este tipo de situaciones, o los bloqueos en la renovación de órganos constitucionales como es el TC, Ollero apunta que se podría actuar incluso sin tocar la Constitución, legislando para los casos en los que encargados de cumplir con ella no lo hacen.
Casos de Alemania y Portugal
En ese aspecto los alemanes tienen prevista una solución: el propio tribunal propone a dos candidatos por plaza y se elige entre ellos. “Pero aquí no se elegiría y estaríamos en las mismas”, reconoce, para agregar que el Portugal se contempla una propuesta más drástica: “El tribunal dice quien quiere que sean los que entran y se acabó lo que se daba”.
Ollero copó los titulares en los últimos años por ser el ponente del recurso contra la Ley del Aborto que aún sigue pendiente de resolverse en el órgano de garantías. Y no fue el primero, heredó dicho encargo de la magistrada Elisa Pérez Vera, cuya propuesta tampoco logró llegar al Pleno.
Aborto
En su ponencia, Ollero suscribía la doctrina que estableció el propio TC en 1985, que señala que, en caso de un conflicto entre los derechos de la mujer y los del no nacido, no cabe optar por ninguno de los dos, sino ponderar cada caso. “Pero los plazos no ponderan nada, se dice que durante unas semanas, sin dar explicaciones -explica-. Hay que cambiar la doctrina del tribunal para admitir los plazos y yo consideraba que no son constitucionales. Pero no tuve una mayoría que apoye ese planteamiento”.
Finalmente, preguntado por qué los políticos están tan interesados en intervenir en el Poder Judicial o en un órgano como el TC que, pese a ser de naturaleza política, debe ser independiente, el exmagistrado responde: “porque los políticos buscan el poder, pero a la hora de la verdad cada uno es cada uno y hará lo que estime oportuno”. ¿Son independientes los magistrados del TC? Le pregunta este periódico, a lo que Ollero contesta que ” si quieren sí, nadie se lo va a impedir”.